- Quiero que mi vida cuente, de verdad lo quiero, que mis habilidades sean para que otros encuentren a Dios, para que otros descubran lo que Dios les ha dado, que mi vida sea un instrumento, una herramienta, para que Dios hable a otros con lo que hago, quiero que mi vida sea una puerta que permita a los demás un opción para conocer a Dios, para que sus vidas al igual que la mía tome sentido.
- Se que hay una gran necesidad en las personas, y tienen hambre de Dios, de lo que El tiene que darles, pero hay algo en este mundo que los alimenta, pero no los satisface, los convierte en adictos porque la satisfacción que reciben es momentánea, y lo que no quiero para mi vida es ser parte de los que son alimentados por el mundo, tampoco quiero ser parte de los que alimentan a los demás con falsas verdades que no hacen mas que hacer la vida algo que no se desea.
- Cuando pienso en esto me fastidio, porque se que lo que yo haga puede hacer mucha diferencia en este mundo, pero al mismo tiempo tengo temor, miedo de dejar lo que conozco, miedo a estar solo, porque los que toman ese camino, son los que el mundo no desea, los que sufren, los que no obtiene nada, se que esa vida es la mejor que uno podría vivir, es la mejor porque el que vive así no necesita del mundo para ser alimentado, es lleno de la fuente que su alma anhela, Dios.
- He empezado a entender que la mejor forma de vivir es siendo vulnerable y honesto, teniendo verdaderas conversaciones con otras personas que nos hagan pensar, comprendiendo que si nuestras palabras son reales y consecuentes a nuestras acciones no necesitariamos ser alimentados por las falsas verdades que nos ofrece este mundo, haciéndonos creer que las necesitamos, de todo lo que pueda decir, nada haría una verdadera diferencia si no son palabras que vienen de un alma que primero ha sido llena por Dios.
- Y en esto que he dicho se que me contradigo, que aun en mi ser hay partes que desean ser llenas por las ofertas de este mundo, pero se también que si soy valiente y estoy dispuesto a ser humilde, a aceptar el consejo de otros y a pesar, sinceramente pensar en quien soy, se que podre descubrir que en el mundo no hay nada que desee.
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