"Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable".
1 Pedro 2:9
- Hay mucho de lo podría escribir, en estos últimos meses han sucedido tantas cosas que no tengo idea por donde empezar, la escuela de discipulado y entrenamiento (EDE) es siempre un tiempo intenso de clases, responsabilidades y muchas otras cosas en las que pensar, que cuando uno termina tiene que pasar por una etapa de re-acomodarse en la rutina y el horario.
Creo que esta es la mejor manera en la que puedo resumir este último mes.
- Aparte de esto quisiera también compartir un poco de lo que Dios ha estado hablando a mi vida, aunque en este momento no tengo claro cual es el siguiente paso para mi, ya Dios ha estado abriendo muchas puertas.
- Durante el tiempo de cruzada en Cuba tuve la oportunidad de predicar un par de veces y animar a los miembros de la iglesia, y unos de los temas en los cuales compartí fue en reconocer que tan privilegiados somos de pertenecer a la familia de Dios.
Muchas veces no nos damos cuenta de quien somos para Dios y la importancia que tenemos para Él, y muchas veces esto determina nuestro comportamiento pensando que no somos dignos o que nuestro valor es menos de lo que realmente es.
- Esto se parece mucho a la historia del hijo pródigo, no tanto al hijo que se fue, sino al hijo que estaba en al casa, lo que el padre le dice es que el siempre lo ha tenido todo a disposición, pero nunca lo ha usado.
Creo que esto se aplica de la misma manera a nuestras vidas, Dios ya nos ha hecho parte de su familia, no ha dado una identidad y nos ha llamado hijos suyos.
