- Siempre había soñado con ser capaz de cambiar el mundo para bien, con poder hacer algo tan relevante que impacte la vida de todas las personas que existen y que han de existir en el planeta tierra, pero no me habia dado cuenta que alguien ya lo había hecho, mucho tiempo atrás y de una manera muy simple, usando solamente tres palabras.
- De hecho esas tres palabras me cambiaron la vida para siempre, llegaron en un momento de mucha necesidad y confusión, llegaron en el momento más oscuro y definitivo de mi vida, llegaron cuando iba a tomar una no muy buena decisión, para entender bien el porqué, tienen que escuchar un poco de mi historia, lo cual no es fácil de contar.
Mi padre no tuvo una muy buena infancia que digamos, su padre no lo reconoció como hijo legitimo, su madre murio cuando el aun era adolescente, asi que esto lo llevó a dejar sus estudios y desde una edad temprana empezó a trabajar, por otra parte mi madre y su familia fueron inmigrantes buscando refugio de la guerra en Nicaragua, como pueden imaginar cuando llegaron a Costa Rica no tenían nada, de estas historia se muy poco para entrar en detalle, pero esto les da una idea.
- En algún momento mis padres se convierten al cristianismo y bueno yo llego al mundo, aqui empieza mi historia, crecí asistiendo a la iglesia y conociendo acerca de Dios, años después, alrededor de los dieciséis o diecisiete años, la religion de mis padres no era suficiente, yo mismo necesitaba algo que le diera sentido a mi vida, sentía que no tenía propósito del todo, estaba muy deprimido y el Dios que había conocido en la iglesia no tenía las respuestas que yo necesitaba.
- La relación que tenía con mis padres era algo distante, quizás por su trasfondo o heridas de su pasado, no lo sé, pero no había mucho dialogo entre nosotros, asi que ese momento llegó, un día llegué a mi casa despues del colegio, no había nadie, y un pensamiento pasó por mi mente, (quítate la vida, no tiene sentido, no tienes propósito) en ese momento mire hacia el botiquín y desee tomar todas las pastillas que estaban ahí, en medio de ese cuarto con lagrimas corriendo por mis mejillas camine hacia el botiquín, estaba decidido a hacerlo, de pronto escuche una voz que me dijo: YO TE AMO, fue casi como un susurro, pero llego hasta lo más profundo de mi corazón, iluminó las partes más oscuras de mi ser y por un instante sentí que había esperanza, sentí que en alguna parte podía encontrar propósito.
- Desde ese dia he tratado de llevar estas tres palabras a donde sea que Dios me lleve, se que al igual que El lo hizo conmigo lo puede hacer con cualquier otra persona, El puede llegar al lugar más profundo, sanar la herida más grande e iluminar la oscuridad más intensa.
Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros.
De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros
Juan 13:34-35
